18 de julio de 2008

con una pena de muerte


Una canción inédita de Ismael Serrano.
Ay, pero que razón tiene.


Con una pena de muerte
maldigo injustamente a los que antes compartieron
contigo los delirios de la carne.
Y se hace tarde,
y hay quien nos dice que debiéramos mirar
más el reloj.
El amor entre tú y yo
es a veces  
como el silencio, y al nombrarlo se rompe.
Noche tras noche
me hago adicto a tus ritmos,
tus sonidos, tus sabores.
Cargados de buenas intenciones
nos empapamos de urbanidad,
vendimiando en las aceras
alguna que otra hermosa amistad.
Y yo vigilo tu sonrisa mientras tomas un té
en un café del centro.
Mar adentro mientras, las sirenas cantan.
Hay quien se tapa los oídos,
Hay quien se ata al mástil de proa.
Tú y yo dejamos
que nos seduzcan con su canto.
Nos estrellamos
contra las rocas.

Planeando una huida
por las calles de Madrid
tú me preguntas, mirada dulce,
si me moriría sin ti.
Yo aterrado me escondo en un vaso
cargado de alcohol y te respondo:
maldita sea, no lo compruebes por favor.
Y te dices fuerte e independiente,
y a veces me pareces débil en mis manos
como un ligero copo de nieve que se deshace,
negándose a confesarse enamorada de mí.
Y sé que no podría estar sin ti,
sé que no podría estar sin ti.
Te dices fuerte e independiente,
y a veces me pareces débil en mis manos
como un ligero copo de nieve que se deshace,
negándose a confesarse enamorada de mí.
Y sé que no podría estar sin ti,
sé que no podría estar sin ti.



canción cantada por Nacho (lo siento a veces se me va la voz).

17 de julio de 2008

oleo de una mujer con sombrero

Silvio Rodríguez.
Uno de los cantautores cubanos de mayor relevancia a nivel
internacional.
Un poeta y filósofo de la vida que con sus palabras muchos
nos sentimos reconocidos. 
En el año 1970 escribió una canción pequeña, rápida, sencilla,
sin pretensiones artísticas alguna, y surgió un poema intenso,
emocionante, cargado de sentimientos por un ser que desapareció.
Según cuentan fué durante unos carnavales cuando se le ocurrió
la relación entre el ser al que hecha de menos y la mujer con
sombrero de algún cuadro del pintor Marc Chagall. 
A mi, como a muchos, me ha pasado que de algún modo he caído en
la magia de estas palabras.
 
 
“Curiosamente, su voz no es cálida ni grave ni particularmente
seductora, sino más bien aguda, de un timbre casi metálico y sin
embargo frágil. Al escucharlo, uno llega a temer que en cualquier
momento se le quiebre, y ese riesgo ( que en su caso no es
deliberadamente buscado sino más bien lo asume como algo
irremediable) también forma parte de su extraño atractivo.
Con características que en cualquier otro cantante serían
anticarismáticas, Silvio funda precisamente su carisma.
Quizá el secreto resida en que siempre transmite una gran
sinceridad, una honestidad a toda prueba, un no
aparentar lo que no es, y, en estos tiempos de famas prefabricadas,
de engendros de la machacona y mistificadora publicidad, esa
actitud, a la que el público accede sin intermediarios, significa
una bocanada de aire fresco en un ámbito, como el del espectáculo,
por lo común tan especulativo como artificial.”
Mario Benedetti hablando de Silvio Rodríguez.



Óleo de una mujer con sombrero

Una mujer se ha perdido
conocer el delirio y el polvo,
se ha perdido esta bella locura,
su breve cintura debajo de mí.
Se ha perdido mi forma de amar,
se ha perdido mi huella en su mar.

Veo una luz que vacila
y promete dejarnos a oscuras.
Veo un perro ladrando a la luna
con otra figura que recuerda a mí.
Veo más: veo que no me halló.
Veo más: veo que se perdió.     

Una mujer innombrable
huye como una gaviota
y yo rápido seco mis botas,
blasfemo una nota y apago el reloj.
Que me tenga cuidado el amor,
que le puedo cantar su canción.

La cobardía es asuntode los hombres,
no de los amantes.
Los amores cobardes no llegan a amores,
ni a historias, se quedan allí.
Ni el recuerdo los puede salvar,
ni el mejor orador conjugar.  

Una mujer con sombrero,
como un cuadro del viejo Chagall,
corrompiéndose al centro del miedo
y yo, que no soy bueno, me puse a llorar.
Pero entonces lloraba por mí,
y ahora lloro por verla morir.


foto: un cuadro de Marc Chagall.
canción: Silvio Rodriguez, versionada por Nacho.

15 de julio de 2008

“¡Benditos sean los instantes, y los milímetros, y las sombras de las cosas pequeñas, todavía más humildes que ellas! Los instantes (…) Los milímetros – que impresión de asombro y de osadía me causa su existencia, uno al lado del otro, muy próximos en la cinta métrica -.A veces sufro y gozo con estas cosas.

Soy una placa fotográfica prolíjicamente impresionable. Todos los detalles se me cruzan desproporcionadamente y forman parte de un todo. Solo me ocupo de mí. El mundo exterior me resulta siempre evidentemente una sensación. Nunca olvido lo que siento”.

Fernando Pessoa.

autor de la foto: Nacho.