28 de diciembre de 2008

Informe de ausencia.

Sucede que a veces la vida, lejos de su habitual monótona rutina y su caótica indiferencia, se muestra distinta, llena de matices y colores en los que nunca antes te habías fijado, llena de rincones y susurros, de aromas y caricias, que parecen imposibles de ignorar, pero que ignorabas. Entonces, aquello que creías conocer se vuelve intensamente nuevo.

Seguro que sabéis de lo que hablo.

Un día me ocurrió algo así con una persona que creía conocer. Un día, se generó en mí una necesidad urgente, un anhelo que me hizo soñar, que me hizo ser. Desde entonces, precisos instantes se han sucedido unos tras otros, milésimas de segundo que me han dejado sin aliento, que me han hecho temblar. Saberla cerca, notarla y escucharla se hizo rutina vital para un alma que hasta entonces dormía en la indiferencia.

Ahora, la fragilidad estalla en nuestras manos, y las cosas no suceden como debieran suceder. El vértigo de su ausencia se hace presente y sólo queda la huella que deja su rastro, su sonrisa.

Ahora los sueños distan tanto de la realidad y quedan tan lejos…ahora tengo claro, más que nunca, que aun queda algo de ella que nadie nos podrá quitar, así que, consciente de mis limitaciones, en un acto de puro egoísmo vital, me dispongo a cometer el delito de recordar para calmar quizás esas ganas urgentes de ella y así soñar despierto.

Gracias Ana, por ser mi anhelo, la excusa de mi, de ser, de estar vivo, de soñar, aunque sólo haya sido durante unos meses, los que te supe ver, unos instantes al fin y al cabo, unos instantes precisos de ti, que sin duda merecieron la pena vivir.

Gracias.

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“…una carta de amor

es por lo general un pobre afluente

de un río caudaloso

y nunca está a la altura del paisaje

ni de los ojos que miraron verdes

ni de los labios dulces

que besaron temblando o no besaron

ni del cielo que a veces se desploma

en trombas de escarnio o en granizo.

Una carta de amor puede enviarse

desde un altozano o desde una mazmorra

desde la exaltación o desde el duelo

pero no hay caso / siempre

será tan solo un calco

una copia frugal del sentimiento

una carta de amor no es el amor

sino un informe de la ausencia.”

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Sobre cartas de amor.

Mario Benedetti.

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Todo lo que a partir de aquí pongo, fue empezado durante estos últimos meses, pero no acabado salvo alguna cosa. Son susurros que se quedaron en el aire, promesas que no llegaron a su destino, sugerencias que quedaron en el camino. Ahora, quizás por supervivencia, necesito concretar esos instantes que ella me dejó, esas promesas que quedaron en el aire, justo antes de salir de unos labios, los míos, que se vieron cobardes por expresarse.

Son seis informes de ausencia con forma de canción. Perdonadme por esto.

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